Los procesos de desinfección no suelen ser amigables con el usuario. Los desinfectantes más fuertes irritan los ojos, tardan varias horas en ser aplicados y pueden afectar a las superficies con las que tienen contacto. Muchos métodos de limpieza tradicional tienden a ser muy costosos y no dan un porcentaje de desinfección biológica tan elevado como debería ser. Ante esta problemática, los ozonificadores para hogar se han ido asentando como la forma más segura y efectiva de limpiar espacios de cualquier tamaño.
El ozono
Los potenciales de limpieza de esta molécula se conocen desde hace tiempo. Lastimosamente, durante años su uso fue un problema, ya que se necesitaban grandes aparatos y su aplicación debía ser hecha por profesionales. Por fortuna, ahora existen dispositivos pequeños y seguros de usar, los cuales pueden servirte en tu hogar para incorporar la forma más fiable de desinfectar.
1. Su duración en el ambiente es nula
Una vez que el ozonificador extrae el ozono del aire, este es disparado por una manguera que suelta un vapor inodoro. Puede aplicarse sobre cualquier superficie, objeto o lugar que queramos erradicar de cualquier bacteria, virus o posible patógeno.
Cuando el ozono envuelve a alguna de estas partículas, la destruye inmediatamente. La oxida en cuestión de pocos segundos antes de volverse oxígeno y desaparecer del entorno. El ozono dura en el aire y en las superficies no más de diez segundos, por lo que su efecto nocivo, cuando se aplica correctamente, es inexistente.
2. Es la manera más rápida de desinfectar
Limpiar tu casa es sumamente agotador, sobre todo si persigues la desinfección total y potenciar la salud de las personas. Ahora bien, esto no sucede de la misma forma si contamos con un ozonificador personal. Lo que usualmente tarda todo un domingo de trabajo duro, en verdad puede hacerse en cuestión de veinte minutos.
Todo ese esfuerzo que le destinas a pasar el estropajo por cada rincón de la casa se transforma en hacer una leve rociada con la manguera. Simplemente, arrastras al ozonificador hasta la zona y aplicas el vapor.
Con un mínimo contacto, el ozono es capaz de actuar con idéntica efectividad. Imagínate la cantidad de accidentes en el hogar que se reducen gracias a no tener que hacer esfuerzos tan exigentes.
3. Elimina posibles enfermedades
El problema de la desinfección es que debe ser absoluta para que no haya un posible rebrote de patógenos. Si una sola esquina ha quedado sin enjabonar, ya podemos hablar de que la limpieza fue superficial. Las bacterias son capaces de reproducirse a velocidades increíbles y, con el tiempo, se hacen inmunes a los agentes de limpieza.
El ozono, en cambio, deja las superficies libres de materia biológica y, al ser esparcido como un vapor, llega a cada uno de los lugares que sirven de refugio a los virus y bacterias.
Ese 99 % de limpieza del que muchos productos hacen gala en sus anuncios no es tan asombroso cuando pensamos que el 1 % restante basta y sobra para anular todo el trabajo realizado. Los hogares que son desinfectados con ozono son mucho más sanos y permiten respirar un aire más ligero y fresco.
4. Simplifica tu vida
Con un ozonificador, los problemas que te toman días de trabajo o que te generan una infinidad de dudas, con respecto a la efectividad de tu desinfección, quedan en el olvido. Adquirir uno implica ahorrar costos e incrementar la salubridad de tu casa. No pierdas la oportunidad de evitar generarte un dolor de espaldas por andar limpiando con productos ineficientes e inseguros.
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